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Ex Nihilo nihil fit

Nada surge de la nada, o de la nada, nada proviene, son expresiones con las que se indica un principio metafísico según el cual ningún ente puede empezar a existir a partir de la nada. La idea también se expresa mediante la locución latina ex nihilo nihil fit. Se suele atribuir al filósofo griego Parménides.El principio suele plantearse en relación al origen del universo. Dado que el universo existe, entonces o bien existió siempre, o bien tuvo un comienzo. Si tuvo un comienzo, entonces significa que surgió de la nada, porque el universo es por definición todo lo que existe. Pero esto contradice el principio de que nada surge de la nada. Luego, si el principio es cierto, el universo existió siempre. Siguiendo este tipo de razonamientos, muchas religiones han postulado que el universo no surgió de la nada, sino de un Dios creador, y que ese Dios existió siempre.En la filosofía griega, un principio relacionado era aquel según el cual un ente no puede desaparecer en la nada, sino sólo transformarse.El principio puede pensarse como un antecedente de la ley de conservación de la masa y la ley de conservación de la energía.[2] [3]El principio también está muy ligado a la pregunta filosófica que Martin Heidegger y Gottfried Leibniz, entre otros, destacaron: ¿por qué hay ente, y no más bien nada?En la Crítica de la razón pura, Immanuel Kant argumentó que no es posible determinar si el mundo tiene o no un comienzo en el tiempo.

Eppur si muove

Eppur si muove o E pur si muove (y sin embargo, se mueve, en español) es la hipotética frase en italiano que, según la tradición, Galileo Galilei habría pronunciado después de abjurar de la visión heliocéntrica del mundo ante el tribunal de la Santa Inquisición.

Post hoc ergo propter hoc

«Post hoc ergo propter hoc» es una expresión latina que significa “después de esto, por lo tanto, a consecuencia de esto”. A veces se acorta por post hoc.Post hoc es también llamado correlación coincidente o causalidad falsa. Es un tipo de falacia que afirma o asume que si un acontecimiento sucede después de otro, el segundo es consecuencia del primero. Este es un error particularmente tentador, porque la secuencia temporal es algo integral a la causalidad: es verdad que una causa se produce antes de un efecto. La falacia viene de sacar una conclusión basándose sólo en el orden de los acontecimientos, lo cual no es un indicador fiable. Es decir, no siempre es verdad que el primer acontecimiento produjo el segundo acontecimiento.Post hoc es un ejemplo de la falacia de afirmación de la consecuencia. Puede expresarse así:El acontecimiento A sucedió antes que el acontecimiento B.Por lo tanto, A debe haber causado B.Post hoc se relaciona también con la falacia de “correlación no implica causalidad” o cum hoc ergo propter hoc.

Argumento ad consequentiam

Una falacia ad consequentiam consiste en afirmar que un argumento de alguien es erróneo sólo porque las consecuencias indirectas reales o intuidas del mismo se consideren negativas o inaceptables; o, al contrario, que se verdadero porque las consecuencias son deseables.

Argumento ad baculum

Un argumento ad baculum o argumentum ad baculum (en latín, significa ‘argumento que apela al bastón’) es una falacia que implica sostener la validez de un argumento basándose en la fuerza, en la amenaza o en el abuso de la posición propia. Resumiendo: «La fuerza hace el derecho».El argumentum ad báculum se puede considerar como un subtipo de la falacia argumentum ad consequentiam o como un subtipo de la falacia argumento de autoridad. En el primer caso, interpretaríamos que el argumentante se ve forzado a admitir la validez de la falacia para evitar las consecuencias negativas de no hacerlo (por ejemplo, la violencia); mientras que en el segundo caso, entenderíamos que el argumentante admitiría la validez de la conclusión falaz ante la autoridad que reclama la falacia (autoridad basada no en el conocimiento como en el argumento de autoridad clásico sino basada en la fuerza). Aunque estas interpretaciones son factibles, el argumento ad báculum ―dado lo extendido de su uso y la importancia en la argumentación política y periodística falaz― se suele considerar un tipo de falacia independiente.Esta falacia es el contrario de apelación a la misericordia que consiste en sostener un argumento como válido por el hecho de que el que lo sostiene merezca piedad por alguna circunstancia.

Cum hoc ergo propter hoc

Cum hoc ergo propter hoc (en latín, 'con esto, por tanto a causa de esto'), es una falacia que se comete al inferir que dos o más eventos están conectados causalmente porque se dan juntos. Esto es, la falacia consiste en inferir que existe una relación causal entre dos o más eventos por haberse observado una correlación estadística entre ellos. Esta falacia muchas veces se refuta mediante la frase «correlación no implica causalidad».En general, la falacia reside en que dados dos eventos, A y B, al descubrir una correlación estadística entre ambos, es un error inferir que A causa B porque podría ser que B cause A, o también podría ser que un tercer evento cause tanto A como B, explicando así la correlación. Existen al menos otras cuatro posibilidades:Que B sea la causa de A.Que haya un tercer factor desconocido que sea realmente la causa de la relación entre A y B.Que la relación sea tan compleja y numerosa que los hechos sean simples coincidencias.Que B sea la causa de A y al mismo tiempo A sea la de B, es decir, que estén de acuerdo, que sea una relación sinérgica o simbiótica donde la unión cataliza los efectos que se observan.

Falacia de Alegato Especial

En lógica, la falacia del alegato especial, argumento especial o petición especial[1] [2] es una falacia que tiene lugar cuando alguien, en su argumentación, recurre o hace alusión a una visión o sensibilidad especial del tema objeto de debate y, bien sea de manera implícita o explícita, esta persona mantiene que el oponente posiblemente no puede comprender las sutilezas o complejidades del tema en cuestión, porque no alcanza el nivel de conocimiento o la empatía que supuestamente se requiere.[3] Detrás de tal alegato especial o pretensiones de una visión profunda o empatía se presume que las opiniones del sujeto no pueden ser evaluadas por el oponente porque este no tiene la capacidad de hacer ningún juicio válido. Todas estas pretensiones se deben tratar con profundo escepticismo.[4]